dissabte, 26 de setembre del 2009

El milagro


Juan 11:39-44
Dijo Jesús:
-Quitad la piedra.
Marta, la hermana del que había muerto, le dijo:
-Señor, hiede ya, porque lleva cuatro días.
Jesús le dijo:
-¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo:
-Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sé que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz:
-¡Lázaro, ven fuera!
Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo:
-Desatadlo y dejadlo ir.

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- ¿Se ha levantado ya?
- No, sigue en su cama, durmiendo.
- ¡Voy a verle!.
- ¡No, déjalo descansar!. Piensa en todo lo que ha sufrido durante estos últimos días. Aún se le nota cansado. No le molestes.
- ¡Pero tiene que comenzar a vivir de nuevo!. Debe aprovechar el tiempo que se le ha regalado. ¡Voy a hablar con él!
- ¡No, María!
María no hace caso de su hermana Marta y se dirige impetuosamente a la puerta de la habitación de Lázaro. Cuando la abre, se encuentra con su hermano sentado sobre la cama, mirando al suelo.
 ¡Lázaro!, ¿qué te pasa?
Lázaro se gira hacia su hermana y le dirige una mirada triste, pero no contesta. María se sienta a su lado.
- Necesito estar solo. Por lo menos hasta que haya asimilado todo esto que me está pasando.
María acaricia los cabellos de su hermano. Éste aún emana un cierto olor a podredumbre, después de haber permanecido cuatro días enteros muerto. Pero su hermana parece no oler e intenta reconfortar a Lázaro.
- ¿Sabes qué?, yo creía en Él.
- ¿Y qué ha cambiado?, te ha devuelto a la vida. Tendrías que estarle agradecido y creer más que nunca en él.
- ¿Pero no te das cuenta?, yo debería haber muerto.
- Pero cuando estabas enfermo la idea de morir te asustaba.
- Y me sigue asustando, pero no debemos cambiar el orden natural de las cosas. Mi destino era morir, y no resucitar para convertirme en el truco de un mago.
- ¿Cómo te atreves a hablar asi de Él?, te recuerdo que te ha devuelto a la vida.
- María, esto no es vida. Vida es el período entre tu nacimiento y tu muerte, un vivo no huele a podrido, un vivo tiene proyectos, y yo ya no tengo ninguno, no sé qué voy a hacer, desde que resucité he quedado marcado. Todo el mundo me mira con miedo y no se acercan a mí, ¡soy un monstruo!.
Mientras María mira fijamente a su hermano, por el rostro de ella empiezan a resbalar sus lágrimas. Se da cuenta que su hermano, aunque físicamente esté vivo, realmente ha muerto.
- Lo mejor de todo es que Él me podía haber salvado; cuando le informaron que estaba enfermo, tuvo tiempo más que sobrado para venir y sanarme antes de que la enfermedad se comiese mi vida. Pero Él sabía que si se demoraba, me encontraría ya muerto, y así podría hacer otra demostración más de su poder: “El Mesías ha resucitado a un amigo suyo”, no se habla de otra cosa en toda Galilea. Mientras todo el mundo ahora quiere ser amigo del hijo de Diós, yo me encuentro con una vida después de la muerte, un regalo envenenado que se ha convertido en una pesadilla para mí, de la que no despertaré hasta que pueda volver a dormir eternamente.
- ¡Pero Él te resucitó por que te amaba!
- ¡Él me resucitó por que necesitaba un golpe de efecto!. Nadie tiene derecho a cambiar el orden natural. Si mi destino era morir, yo debería estar ahora durmiendo a la espera del Jucio Final. No puedo creer que alguien tan soberbio pueda ser la reencarnación terrenal de Yahveh. ¿No te das cuenta, María, que no somos más que sus marionetas?, juega con nosotros para conseguir su gran objetivo: la inmortalidad. Pero Él busca la inmortalidad de su nombre, quiere que miles de años después de su muerte, miríadas de seres mueran por su causa, porque Él una vez resucitó a uno de ellos. ¿Si Él fuera el verdadero Mesías crees que necesitaría hacer trucos de magia para convencernos?


Ella ha bajado su mirada. No puede mirar fijamente a su hermano, sabe que éste tiene razón, pero ella nunca podrá dejar de seguir a Jesús, pues aunque sea un impostor, lo ama.
María se levanta de la cama y lentamente sale de la habitación sin mirar atrás.

divendres, 25 de setembre del 2009

Movil Nuevo

Estábamos los dos sentados frente a frente en una mesa del bar, al lado de una gran ventana desde la cual podíamos ver el hormigueo urbano de las 8 de la mañana. Llevábamos un par de minutos en silencio, observando la gente, buscando los rostros conocidos, los personajes más curiosos y a las mujeres más bonitas entre todas las que pasaban ante nuestros ojos. Todos ellos quedaban captados en nuestra retina durante unos cuantos segundos antes de desaparecer para siempre…o hasta el siguiente café en el que los pudiéramos descubrir de nuevo entre la multitud.
Me fijé que mi amigo había cambiado de móvil; sobre la mesa había dejado un celular último modelo, con cámara de cinco megapixels, reproductor mp3, radio, sistema operativo Android, GPS y conexión WIFI…vamos, un maquinón.
“¿Y sirve también para llamar a la gente?” , le pregunté.
“Supongo que sí”, me contestó. “Pero aún no lo he comprobado. No he llamado a nadie ni nadie me ha llamado.”
“¿Cuánto hace que lo tienes?”
“Un mes”, me contestó.
“¡Anda, llámame!”
“¿Para qué?”
“Para que puedas estrenarte”.
Tardó cinco minutos en conseguir hacerme la llamada.
“Por cierto, ¿qué le pasó a tu viejo móvil? ¿se estropeó?”
“No, pero se había quedado anticuado, ya tenía dos años y medio”
“¡Ostras!, pues si funciona bien dámelo, que yo quería cambiar el mío, tiene cuatro años.”
“¿Cuatro años?, ¿cómo es posible tal aberración?, a mí me daría vergüenza decir que tengo un móvil tan viejo.

Nos volvimos a quedar en silencio, mirando a la gente pasar. De pronto, me pareció ver a un compañero de trabajo con cara de dormido que pasaba a menos de dos metros de la ventana desde la que yo le observaba.

Nota del autor: En verdad, el tonto del culo del móvil nuevo soy yo. Me sentía tan ridículo que me he tenido que ocultar en el papel del amigo bobo y asocial al que nadie llama  (he exagerado un poco mi persona y las características de mi móvil). Moraleja : más nos vale ser conscientes de nuestra propia estupidez. Esa es la base para poder mejorar, porque si no conoces tus defectos nunca los podrás corregir. Ahora ya sé hacer llamadas y escribir mensajes.

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