dilluns, 23 de novembre del 2009

El niño y el cura (parte 2 de 2)

(Viene de: El niño y el cura - parte 1)



El cura habla con una voz muy grave y clara; la voz de alguien entrenado para hablar en público; una voz que podría hipnotizar a las masas. Él es alto y flaco, muy pálido, con los ojos de un azul intenso y una dentadura completa y blanca. Su cara está llena de arrugas, sus cabellos son blancos, es anciano pero, por su voz y sus movimientos, parece estar en muy buena forma.
- Sí, señor, me llamo Anesti.
- ¡Qué bonito nombre!, ¿sabías que en griego significa “resucitado”?. Yo soy un súbdito del Señor que viene de un sitio muy lejano, solamente para verte a ti. Me han dicho que eres un niño muy listo, pero que nunca has sido bautizado. ¿Es así?
- ¿Qué significa bautizado?
- Es el acto cristiano mediante el cual eres introducido en la fé de Dios y perdonado del pecado original. ¿Sabes que si murieras hoy, en tu estado, irías al infierno de cabeza?
- ¿Por qué?, pregunta el muchacho
- pues porque los padres de todos nosotros, Adán y Eva, pecaron cuando cayeron en la tentación de la serpiente.
- Pero si yo ni siquiera conozco quienes son esas personas, ¿por qué me culpan a mi de sus pecados?
- Nadie te culpa del pecado original, tan sólo, que es un estigma que los hombres llevamos cuando nacemos, por eso nuestro nacimiento es pecaminoso.
- No entiendo que significa eso.
- Pues que nacemos de un acto sexual. Así como el Diablo tentó a Eva con su manzana, todas las mujeres desde ella, tratan constantemente de seducirnos con sus cuerpos para hacernos caer en el pecado carnal. Cuando el hombre cae seducido por los hechizos de la mujer, ayudada por el Diablo, que susurra al oido de los hombres, se produce la unión carnal, el aborrecible acto sexual, el cual es el origen de todos nosotros. Por eso, todos nacemos en pecado, porque somos el resultado del pecado. Si no nos bautizamos nunca nos libraremos del pecado original.
- Pero sigo sin entenderlo. Si mis padres pecaron…¿qué culpa tengo yo?
- Bueno, el Señor, en su benevolencia, cuando un recién nacido no bautizado muere, lo envía al limbo, pues aunque no puede acceder al cielo, al estar marcado por el pecado de sus padres, al menos no lo envía al infierno, donde sería eternamente castigado por el fuego a causa de un pecado que no es suyo.
- Pero no es justo..
- ¿Cómo que no es justo?, es la Ley de Dios.
- ¿ Y a quién le ha dicho dios esta ley?
- A los pastores de la Santa Iglesia Católica Apostólica. Nuestros obispos y a su santidad el Papa de Roma.
- ¿Hablan ellos con dios?
- Por supuesto, en sus rezos.
- ¿Y qué les dice?
- Pues les inspira las reglas que deben regir la vida y la moral de los hombres. Y les indica las decisiones que han de tomar.
- ¿Y por qué dios no nos lo dice a cada uno de nosotros?
- Porque no somos dignos de escuchar la voz de Dios.
- Mi madre decía que escuchaba voces.
- Tu madre debía estar endemoniada. Espero que recibiera los últimos sacramentos antes de morir.
- Nadie le dio nada, murió de noche mientras dormía. Era una persona muy buena, aunque siempre estaba triste. Pero si los obispos y el papa oyen también voces, ¿por qué ellos no iban a estar endemoniados y mi madre sí?
- ¡No digas eso ignorante!, ¡ por menos de eso han muerto muchos!
- ¿Quién los ha matado?
- Pues los encargados de hacer valer la ley de Dios.
- ¿El papa y los obispos?
- Efectivamente.
- ¿Y también les había dicho una voz que debía matar a esa gente?
- Exacto
- ¿ Y si en verdad era el diablo el que les hablaba?
- ¿ Cómo va a hablar el Diablo al Papa?
- Quizás se hizo pasar por dios. Le pudo imitar su voz y el papa pensó que era dios.
- Eso es imposible. Al Papa sólo le habla Dios.
- ¿Nadie ha hablado nunca con el diablo?
- La pecadora Eva, muchos profetas…y nuestro señor Jesucristo también fue tentado por él.
- Pero…si a Jesús le hablaba el diablo…¿por qué no pudo hablarle también al papa?
- Esa blasfemia podría llevar a la idea que el Papa no es infalible. Es imposible.
- ¿Qué significa infalible?
- Que el Papa no se equivoca nunca.
- ¿ Por qué no se equivoca?
- Porque así lo dice Dios.
- ¿ Y a quién se lo ha dicho?
- A su santidad el Papa
- ¿ Y si se lo ha dicho el diablo?; si el diablo fuese listo le podría decir al papa que su voz es la de dios y que si le hace caso nunca se equivocará, así lo convencería para que hiciera lo que él quiere.
- ¡Vaya tontería de blasfemia!. Si eso fuera así el Papa nunca haría el bien.
- Bueno, quizás podría hacer algunas cosas buenas para despistar, y por otro lado tomar decisiones que al final llevaran al mal.
- Dios no le dejaría nunca al Diablo manipular a su representante en la tierra.
- Pero antes ha dicho que el diablo tentó a Jesús, que era el representante de dios en la tierra. Si tentó a Jesús, podría haber tentado a cualquier otro hombre con el permiso de dios. ¿ Y el papa nunca ha hecho nada que pueda parecer malo?
- ¡Nunca! ¡Ya está bien de tanta blasfemia, pecador!
En este momento el cura comienza a hacerse más grande, una figura gigante toda de negro, desafiante sobre el niño. Su rostro se hace aún más pálido, con sus ojos azules inyectados en sangre. Una mueca de rabia incontenida desdibuja su faz. Una gran nube negra tapa de repente todo el cielo, mientras un viento huracanado arremolina la tierra y las hojas delante de las dos figuras.
Pero justo en el mismo momento que el primer rayo cae a escasos metros de ellos, el niño se levanta desafiante, su figura se hace mucho más grande, alcanzando la altura del cura, y su rostro también cambia,  es el rostro de un joven de unos veinte años, con barba y pelo largo, ambos oscuros, y con unos ojos llenos de vitalidad y fuerza. Con una voz poderosa, que se sobrepone al sonido del trueno, comienza a decir:
- Entonces, ¿no es verdad que durante siglos y siglos, esos tales papas sólo se han dedicado a intentar conseguir abarcar el máximo de poder terrenal posible?, ¿Acaso no han corrompido la iglesia desde su cúpula hasta su base?, ¿Acaso no han proclamado guerras o han bendecido bombas que posteriormente han matado miles de seres humanos? ¿acaso no han apoyado a crueles regímenes que han violado todas las leyes humanas? ¿acaso no han exterminado a sus competidores, muchas veces tan viles como ellos? ¿acaso no han permitido la pobreza y el hambre cuando hubiesen sido capaces de luchar por un mundo más justo? ¿acaso no han lapidado a todos aquellos que han osado desafiar su poder? ¿acaso no han predicado más la guerra y el odio que la convivencia pacífica y el respeto entre los diferentes?
- ¿Quién eres tú?
- ¿No lo sabes? Yo soy la la libertad, el respeto mutuo y la humildad. Y yo sé quién eres tú,  Satanás es tu nombre, vienes predicando tu propia doctrina llena de odio, envidia y rabia.  Tu eres el Diablo, y tambien Dios, pues tan malo es el Dios que predicas como el Diablo que dices combatir y que a su vez alimentas con tu Dios.
De repente, un rayo cae sobre el cura y éste desaparece...y con él, la nube negra que oscurece el día, dando paso de nuevo al sol estival. El joven vuelve a tomar su forma de niño y se queda mirando el cayado del cura, lo coge y apoyándose en éste se marcha del pueblo a paso tranquilo.
Nunca más lo volverán a ver los habitantes del pueblo. Pero desde ese momento, sin que ninguno de ellos sepa por qué, todos ellos se sentirán más unidos y con el deseo sincero de ayudarse mutuamente, sin prejuzgar ni envidiar al prójimo, tan sólo buscando una prosperidad común.

2 comentaris:

Miguel Emele ha dit...

Buen relato y un tema para no parar de pensar. Personalmente creo que la religión es lo más retrógrado que puede tener una civilización. El hombre ha creado a Dios a su imagen y semejanza para explicar aquello que no entiende sin tener que investigarlo y para justificar un montón de sinsentidos en busca del poder. Cuando el hombre vivía en cavernas, Dios era incluso una tormenta eléctrica. Ahora que sabemos lo que es una tormenta, Dios es otra cosa. He oído decir que hay una inteligencia en el Universo que vela por la salida del sol, por la floración de la primavera, por el movimiento de todos los astros, y por una infinidad de cosas de las que sólo puede ocuparse un ser todopoderoso; pero yo enseguida salto diciendo que me parece demasiado trabajo para un solo operario. Yo creo que las cosas obedecen a un funcionamiento intrínseco de la naturaleza del objeto. Estamos sujetos a ciertas leyes de funcionamiento, eso es todo. Además, si un simple mortal es capaz de decidir hacerse vegetariano y alimentarse sólo con vegetales, frutas y verduras sin que sea necesario matar ningún ser para ello parece increíble que un ente todopoderoso no haya sido capaz de crear un mundo en el que las criaturas no tengan que matar o morir a diario. En fin, que da mucho que pensar y, sin embargo, igual que existe la electricidad, pudiera existir Dios pero creo que con estos cerebros que tenemos no podemos concebir todavía cómo será realmente esa entidad.
Un abrazo y perdona por la parrafada. Para hacerme perdonar te dejo un enlace que descubrí ayer. ¿Te suena Ralph Barby? Cuando yo era un chaval leía un montón de aquellas "novelas de a duro" escritas por él, Clark Carrados, Glenn Parrish, etc. y ha sido una sorpresa encontrarlo vivo y coleando en plena red.

Wambas ha dit...

Pedazo parrafada!, pero se agradece, de verdad. Además mi relato también puede ser demasiado tostón, jejeje.
Mi idea es que el niño representa "la humanidad", un ser que necesita crecer, evolucionar, mientras que la ignorancia y la superstición intentan evitar que esto sea posible (pues la maldad se basa de estos para sus intereses, la propia maldad humana, la otra cara de la moneda).
No conocía a Barby (solo la muñeca, aunque nunca he tenido ninguna). Me lo voy a mirar con atención.
Muchíiiiisimas gracias por tu lectura y tu comentario.
Un abrazo

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