diumenge, 25 de juliol del 2010

Anónimo

Se dio cuenta que aquel tipo estaba siguiendo a una chica de forma sospechosa.
¿Por qué?
Los tres habían salido del metro y se encaminaban por la misma calle. Era una noche de domingo, Dani venía de estar con su novia. Tras subir las escaleras del metro observó que delante suyo avanzaban dos personas. Sus caminos coincidían. Por delante iba la chica, y un poco más atrás iba aquel otro chico. Hasta aquí todo normal, pero a Dani le pareció que aquel tipo adaptaba el paso a la velocidad de la joven.
De repente ella recibió una llamada en su móvil y se paró a contestar, el chico pasó de largo. Dani también la adelantó. Pero unos metros más adelante, aquel tío raro se detenía sospechosamente delante de un escaparate. Dani también lo adelantó.
Un par de minutos más tarde, Dani llegaba hasta la puerta de su edificio. Mientras abría la puerta echó una mirada atrás. Lo que vió le puso en alerta: la chica se acercaba por la otra acera, y detrás suyo, a unos diez metros, de nuevo estaba aquel tipo, que además parecía mirarla fijamente, ajeno a la observación de Dani.
Seguramente nuestro protagonista no sabría decir qué le llevó a actuar, quizás el ver un caso tan flagante de persecución, o quizás sentirse superior a aquel tipo, es decir, que no medía dos cabezas más que él sino que se trataba de alguien normal; seamos sinceros, si aquel personaje hubiese medido dos metros Dani no habría actuado como lo hizo, se habría contentado con seguirles para comprobar que la chica llegaba a su casa sana y salva. Aquel tipo no se hubiese atrevido a molestarla si de la nada hubiera aparecido otra persona pegando voces.
Pero no fue este el caso. Esta vez, inconscientemente, Dani decidió hacerse el heroe: cruzó decidido la calle e interceptó al perseguidor.
- ¿Dónde vas tú?
- ¿Eh?
- ¿Te crees que soy tonto o qué? Estás siguiendo a esa chica.
- Yo no...
- ¡Y una mierda! Ahora mismo te vas por esta otra calle y que no te vea que vuelves. Me voy a quedar aquí vigilando.¡Vamos!
El tipo siguió mirando a Dani con la sorpresa y culpabilidad dibujadas en su rostro, y a continuación giró por la calle que éste le indicaba.
Años después, Dani sigue pensando que no se equivocaba y que aquel tipejo no tenía buenas intenciones. No podría decir si le pareció un loco por su físico o no, sólo se guió por su instinto y por los hechos. La chica nunca se enteró de aquel suceso, se supone que llegaría tranquilamente a su casa y cenaría con su familia como cualquier otra noche de domingo.

2 comentaris:

FEBE ha dit...

Si alguna vez me pasa algo parecido, quiero a un Dani a mi lado por fabor jajaja, buen texto, un saludo y felices vacaciones.

Wambas ha dit...

Gracias, y espero que nunca necesites un Dani. Felices vacaciones a ti tambien. Un saludo

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