divendres, 18 de desembre del 2015

Reflexiones sobre cómo decorar la Moncloa

Hace cuatro años cambió la decoración de la casa del presidente del gobierno, que no se había actualizado desde el 2004. La pintura roja desconchada se eliminó y se sustituyó por un tono azul celeste.  La pintura no fue lo único que cambió en aquella casa. Tras la llegada de los nuevos inquilinos,  hasta los desayunos cambiaron sustancialmente: zumo y cereales dieron paso a huevos fritos y café con leche. Razón y Marca lo acompañaban, mientras El País sólo servía para cubrir los suelos mojados. Y aunque la contundente música de Brutal Truth abandonó la casa, esta no quedó en silencio; por esa misma puerta por la que había marchado siete años antes, volvía a entrar triunfal y victorioso el gran Julio Iglesias.,,y con él volvía el orden a la Moncloa.
Mas de nuevo el tiempo y la democracia nos abocan estos días a un nuevo ciclo legislativo y los españoles debemos elegir otra vez el color que ha de decorar la Moncloa. ¿Azul, rojo, morado, naranja, verde? Minutos antes de que termine la campaña electoral me gustaría proporcionaros una guía que pueda ayudaros a escoger el color que más se ajuste a vuestra personalidad.

Por ejemplo, puede que ya os vaya bien mantener el color azul y no os importe que en algunos puntos de la pared se levante un poco la pintura por culpa de la humedad, la corrupción, la ética, la precariedad laboral, el empobrecimiento de la clase media, la falta de diálogo, la ley mordaza, el ataque continuado a la cultura y a la diversidad cultural o por tener a un presidente que parece un poco cortito y que hace el ridículo dentro y fuera de nuestras fronteras. A cambio, os puede compensar el crecimiento económico (a pesar del déficit que nos hipotecará durante generaciones), o que ya estemos saliendo de la crisis (aunque el paro sigue por encima del 20% y la población activa ha bajado), o que combata la inseguridad y el terrorismo como nadie (a pesar de que un pobre desgraciado es capaz de agredir al presidente en plena calle en las narices de sus guardaespaldas), o que también sea el adalid de la unidad nacional (a pesar de ser la causa de que un cinco por ciento de la población quiera separarse de España). Pues bien, si todo esto ya te va bien, el azul es tu color.

En cambio, también puede que te guste volver al rojo desconchado, aquel que cuando lo pintaron hace más de once años quedaba muy bonito pero cada día que pasaba se volvía más oscuro hasta tomar una tonalidad muy azulada, tanto que al final ya dudabas de si ese rojo sucio no sería en realidad más azul que el mismo azul, al menos en algunas paredes. Estos días se nos vuelve a presentar un rojo puro, tan brillante que parece falso, falso de cojones. Si te gusta el rojo pues muy bien, pero ten en cuenta que este rojo es pintura de mala calidad, que a las primeras de cambio se va a oscurecer de nuevo. Han cambiado el bote de pintura, pero esta es la misma que hace treinta años, la que siempre se pudre.

Sin embargo, parece que el color de moda es el naranja. Ojo, que el naranja ha sido elegido últimamente por muchas empresas para dar una imagen moderna, emprendedora, aunque al final la imagen ocultaba las mismas empresas vulgares de siempre. Es un color que parece muy bonito, revitalizador, pero que una vez pintado en tu pared se descolora en poco tiempo, y ese color revitalizante toma un tono enfermizo. Así que puede que te guste el color naranja, pero quizás no te guste como queda ese color en las paredes de la casa, y cuando te des cuenta será demasiado tarde para cambiar. Te tocará esperar cuatro años hasta volver al azul, que en realidad es el color que te gusta aunque ahora estés cansado de él.

Otro color que las últimas temporadas ha estado de moda ha sido el morado, un color agradable, vistoso, romántico. El perfecto para mentes idealistas, desengañadas del rojo pasional. Pero también hay que tener cuidado porque el morado a veces es sinónimo de hematoma, hemorragia interna peligrosa para la salud. Este año, de todos modos, parece que no se lleva tanto y ha quedado un poco relegado por el naranja. Aunque debo apuntar que morado y naranja, colores ambos nuevos, son muy diferentes, así que no se debería tener dudas en escoger entre morado y naranja, quien las tenga mejor que no escoja color y el domingo se quede en casa alegando empanada mental.

Y por último está el verde, el color de la esperanza, pero... ¿esperanza de qué? Los que apuestan por este color suelen ser incomprendidos de la sociedad, gente rara a la que no me extrañaría que el domingo que viene les dejen sin pintura, y si quieren ya escogerán el bote morado. En caso contrario ajo y agua. No vale la pena dedicarles más lineas.

Estos son los cinco colores entre los que habrá que elegir pintar la Moncloa este domingo. Por supuesto hay más colores, aunque algunos son más para alguna habitación que contraste con el tono general de la casa, colores que casan difícilmente con estos cinco. En vuestras manos queda decidir la decoración de la Moncloa para los próximos cuatro años. 


Licencia de Autor