dijous, 3 de juny del 2010

El mejor momento del día

Por Peibol

Llegó la hora. Otro día más de trabajo desagradecido y poco enriquecedor. Bueno, ya pasó, un día más …Ctrl+Alt+Supr y apago la pantalla del ordenador. Mañana será otro día….
Salgo de la oficina con paso rápido, pensando en el periplo diario que me toca padecer cada día hasta conseguir llegar a casa, una hora y pico de viaje. Primero el metro y después el tren.
Accedo al anden de la línea L1 del metro pensando en cómo vendrá hoy de lleno el vagón … Lo sabía, ¡¡ hasta la bandera !! Entro con no pocas dificultades por la penúltima puerta. Hay muchísima gente, tanta que no encuentro donde agarrarme, y para colmo el aire acondicionado no funciona.
El que está delante de mí me está metiendo su bolsa “Quechua” en la boca … Y encima ni se inmuta. Me molesta, me irrita … estoy por decirle algo del estilo : “Oye, me estás molestando con tu mochilón”. Pero, me callo y no digo nada.
Ya estoy llegando a mi estación de destino. Me preparo estratégicamente para salir, colocándome al lado de la puerta como puedo y con acceso directo al pulsador de apertura de la misma. Tengo que salir embalado, el tren se va y no espera. Pam, se abre la puerta, carrera, slalom por las escaleras esquivando gente y barandillas hasta llegar por fin a la estación del tren.
Tengo suerte – pienso – tan pronto piso el andén llega un convoy de 6 vagones. Corro para subir por la puerta que me interesa, que casi siempre es la misma, en cabeza. Mi suerte es efímera, el tren va aún más lleno que el metro y me toca ir de pie durante casi 40 minutos. Me agobio, me cabreo, me … ¡no tengo palabras!.
Estoy frente a la puerta de mi casa. Introduzco la llave en la cerradura y la giro dos vueltas a la derecha. Ya estoy dentro: “ ¿Quién ha llegado? “ – pregunto en voz alta.
Se oyen unos pasitos correteando desde el fondo del piso, que se acercan rápidamente …. La expresión de mi cara cambia y sonrío viendo como se aproxima poco a poco hacia mí.
Me agacho y unos bracitos pequeñitos se agarran con cariño a mi cuello.

- ¡¡Papi , te quiero!!. 

Ya estoy deseando que llegue mañana para vivir de nuevo este momento …

4 comentaris:

Wambas ha dit...

Al principio me agobió la sensación de claustrofobia en el metro y en el tren, pero ese final libera al personaje de todas esas cargas del día a día. Y es bonito vivirlo cada día. Seguro que cuando tu hijo se vaya de colonias lo vas a echar de menos muchísimo, jejeje

Un abrazo y muchas gracias por tu colaboración, Peibol. Espero que hayas disfrutado con ello, al igual que espero que lo disfruten tus lectores.

PabLo "Tomba" ha dit...

Uhmmm ... es posible que esta primera colaboración de paso a otras ... La verdad es que me ha encantado.

Ah, y gracias por los comentarios, puntualizaciones y correcciones.

Un saludo

Alicia ha dit...

Me ha encantado! Como sé nota los q tenemos peques, pasan a ser el centro de todo, bueno casi todo.
Enhorabuena!
Ambas al final te vas a tener q animar! ;)

Wambas ha dit...

No me presiones Alicia, eso tiene que salir por sí solo, y aún me siento demasiado joven como para sentar la cabeza, jejjee
Peibol, puedes estar seguro que después de esta colaboración os voy a pedir más, estoy entusiasmado con la respuesta. Ya tengo varios trabajos en cola y voy loco por colgarlos, pero lo voy a hacer uno por día, para poder dar a cada relato el tiempo que se merece. Un abrazo a los dos

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